Skip navigation
Large yellow sign indicating where toilets are located outside a building in Mexico City
Perspective

also available in English

Derecho humano a sanitarios: ¿Cómo afectó la pandemia de Covid-19 el acceso a retretes en México?

Start reading
Perspective

Derecho humano a sanitarios: ¿Cómo afectó la pandemia de Covid-19 el acceso a retretes en México?

Casi 3.600 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a baños. En el Día Mundial del retrete, analizamos de cerca el impacto de la falta de acceso a servicios de saneamiento para la población en condición de calle en la Ciudad de México, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia del Covid-19.

Carla Liera / Published on 19 November 2021 / México

Debido a una inadecuada gestión del saneamiento, casi 3.600 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a bañosEn el Día Mundial del retrete, el 19 de noviembre de 2021, analizamos de cerca el impacto de la falta de acceso a servicios de saneamiento para la población callejera, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia del Covid-19.

Una investigación conjunta entre El Caracol y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI) destaca el impacto del Covid-19 en el acceso a los baños públicos para la población callejera en la Ciudad de México.

Si bien los impactos del Covid-19 fueron múltiples para la población callejera, el cierre de espacios públicos, negocios y el confinamiento empeoró el acceso a los servicios de agua, saneamiento e higiene de la población callejera y exacerbó los desafíos que enfrentan estos grupos al tratar de ejercer sus derechos. Para las personas de la población callejera, la falta de servicios de agua y saneamiento debido a las restricciones del Covid-19 creó amenazas inmediatas para su salud, seguridad y dignidad. Además, muchos perdieron sus ingresos y no pudieron pagar estos servicios. 

"Antes de la pandemia, podía beber agua de las fuentes de agua de la estación de metro, pero cerraron las instalaciones. Ahora tengo que comprar agua embotellada, que es más cara”

Entrevistado anónimo.

Member of the El Caracol team offering water to a homeless man

Miembro del equipo de El Caracol ofreciendo agua a un hombre en la calle. Foto: El Caracol.

De febrero a abril de 2021, durante la pandemia, se documentaron las experiencias y los factores que afectan el acceso a los servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH) las estrategias de respuestas resultantes entre las personas de la población callejera en México. 

La recopilación de datos fue parte de la campaña de salud SOS en las calles, por el derecho a la salud de las poblaciones callejeras frente a la pandemia del COVID-19, que ECaracol inició durante la pandemia. Ésta consistió en visitar diferentes alcaldías de la ciudad para proveer barriles de agua y productos sanitarios para protegerse contra el Covid-19, así como educación y otros servicios básicos a la población callejera. 

De acuerdo con el último censo realizado en la Ciudad de México en 2018, hay 6754 personas integrantes de la población callejera, de las cuales 4354 viven en las calles y 2400 en albergues públicos y privados, según el registro 87.27% eran hombres y 12.73% mujeres. Según un estudio, el número de mujeres es relativamente bajo en comparación con los hombres porque las mujeres son más propensas a sufrir acoso sexual, abuso y violencia y, por lo que evitan dormir a la intemperie 

Las barreras a los servicios de saneamiento seguros siempre han existido para las personas de la población callejera, pero el Covid19 las exacerbó. 

Para muchas personas de la población callejera, atender sus necesidades de agua y saneamiento representa un problema económico y de seguridad.  Muchas de ellas dependen de negocios privados y servicios públicos para satisfacer sus necesidades de agua y saneamiento. Esto los expone con mayor frecuencia a potenciales agresiones y discriminación cuando hacen uso de una instalación de saneamiento.  

"Cuando estoy en el baño, me tiran agua porque piensan que estoy sucia"

Entrevistada anónima.

A homeless man speaking to the El Caracol team

Un habitante de la calle conversando con el equipo de El Caracol. Foto: El Caracol.

A algunas personas se les negó el acceso a las instalaciones que permanecieron abiertas debido a su apariencia física y por no contar con los recursos económicos suficientes para pagar la entrada cada vez que necesitan usar el baño. Esto tiene unas mayores repercusiones en las mujeres, pues tienen diferentes necesidades de agua y saneamiento, como la necesidad de una mayor privacidad para cuidar su higiene menstrual. Asimismo, en muchas ocasiones son ellas las encargadas de cuidar de sus hijas y otros miembros de la familia. Si bien es cierto que estas barreras siempre han existido para la población callejera, la pandemia del Covid-19 las agravó. 

Las condiciones de las instalaciones de saneamiento abiertas al público empeoraron durante la pandemia

Cuando la pandemia fue declarada una emergencia sanitaria nacional en México en marzo de 2020, se cerraron muchos negocios e instalaciones públicas en la ciudad, afectando el acceso a instalaciones de agua y saneamiento para toda persona, pero principalmente para aquellas que viven en la calle. De un día para otro, estas personas se quedaron sin espacios   privados para orinar, defecar y atender sus necesidades menstruales. Debido al acceso limitado que las personas de la población callejera tuvieron a las instalaciones de saneamiento, muchas debieron alejarse de sus zonas habituales y encontrar nuevas instalaciones de saneamiento en lugares más lejanos y menos seguros, mientras que otras tuvieron que recurrir a nuevos mecanismos que en muchas ocasiones pusieron en riesgo su salud y dignidad. Aquellos que utilizaron nuevas instalaciones, denunciaron, que estas estaban más sucias, más inseguras y caras. Para aquellos que decidieron permanecer en sus áreas convencionales, algunos de los mecanismos de afrontamiento que aplicaron para evitar el uso de instalaciones de saneamiento tan seguido incluían comer y beber menos para evitar ir al baño tan a menudo, a muchos otros no les quedo otra alternativa que defecar al aire libre.

Durante la pandemia, las personas de la población callejera vieron expuesta su dignidad y experimentaron violencia cuando tuvieron que defecar al aire libre

Con negocios y servicios de saneamiento cerrados durante el confinamiento por la pandemia, la única opción para muchas personas de la población callejera fue la defecación al aire libre. SI bien es cierto que defecar al aire libre puede tener un efecto negativo en la salud humana y el medio ambiente, para aquellos que lo hacen, puede tener graves implicaciones de seguridad, dignidad y causar efectos negativos a largo plazo en el bienestar psicosocial. Las mujeres de la población callejera expresaron sentirse sucias, vulnerables y más expuestas cuando se vieron obligadas a defecar y cuidar de su higiene menstrual al aire libre. En el estudio, las personas que practicaron la defecación al aire libre durante la pandemia informaron haber experimentado violencia física y abuso verbal por parte de las autoridades. Que las personas se vean obligadas a defecar al aire libre es una violación de la dignidad humana y, por consiguiente, un problema de derechos humanos.

Acceso a las instalaciones de saneamiento: una carga económica

La realidad es que prácticamente ningún establecimiento de saneamiento es gratuito  en la Ciudad de México. A pesar de que todos los restaurantes están obligados por ley a proporcionar acceso gratuito a sus baños tanto para clientes como para no clientes, muchos restaurantes en la ciudad piden una tarifa o tienen códigos o cerraduras para entrar a las instalaciones de saneamiento. Del mismo modo, las instalaciones públicas como los baños en parques o estaciones de metro han establecido tarifas de entradas que no se pueden evitar y que en muchas ocasiones implican una carga económica para las personas de la población callejera y el Covid 19 aumentó este peso. Desde el inicio de la pandemia los ingresos de estas personas se vieron impactados negativamente debido al cierre de negocios y la reducción del número de personas en la calle. Esto significaba que incluso pudiendo encontrar una instalación de saneamiento abierta, todavía tendrían que encontrar los medios económicos para pagar la tarifa de entrada.

Durante la pandemia se ha considerado a las personas de la población callejera como un foco de infección, lo cual ha limitado su acceso a servicios WASH.

Desde el inicio de la pandemia, trabajadores de El Caracol informaron de un aumento en las denuncias de discriminación y violencia contra la población callejera.

La policía se volvió más agresiva hacia la población, casi como si el COVID-19 fuera una justificación para tales actitudes.

Trabajador de El Caracol

Esto podría estar relacionado con los informes de los medios de comunicación que sugerían que las personas de la población callejera eran focos de infección y portadores del COVID-19. Un informe del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de Ciudad de México (COPRED) afirma  que algunas personas de la población callejera incluso  se les arrojó cloro con el objetivo de desinfectarlos. Durante este tiempo, algunas personas integrantes de poblaciones callejeras informaron que se les llego a negar el acceso a las pocas instalaciones de saneamiento abiertas en la ciudad.

Ellos creen que tengo el virus, así que no me dejan entrar

Entrevistado Anónimo

El acceso al saneamiento es un derecho humano

El acceso al saneamiento es un derecho humano que  los gobiernos deben garantizar y no pueden tratar como caridad o asistencia. De acuerdo con los  derechos humanos al agua y al saneamiento, los servicios de saneamiento deben estar disponibles a toda hora,  ser accesibles  y  asequibles  y deben garantizar  la seguridad y la privacidad de la persona que los utiliza. El cierre de instalaciones   públicas y negocios es una consecuencia indirecta de la pandemia, sin embargo, esto destacó la importancia de que la prestación de servicios públicos de WASH esté disponibles, sean confiables y asequibles para todos, incluso en tiempos de crisis.

Si bien es cierto que muchas ciudades no tienen la infraestructura o el incentivo para proporcionar acceso a instalaciones de saneamiento, los gobiernos aún deben garantizar que los derechos humanos al agua y al saneamiento se cumplan para todos. En este sentido, los gobiernos deben asegurarse de que las necesidades de las poblaciones más vulnerables se aborden en los procesos de formulación y planificación de políticas. Algunas sugerencias para garantizar la inclusión de la población callejera y otros grupos en situaciones de vulnerabilidad en los procesos de políticas de agua y saneamiento es facilitar talleres participativos para ofrecerles una plataforma para plantear sus preocupaciones y necesidades. Además, proporcionarles información que les permita localizar en su zona los servicios WASH disponibles, crear esquemas para entrar en las instalaciones sin gastar una gran cantidad de dinero y la certificación de baños seguros y accesibles por las autoridades de la ciudad, podrían ser grandes primeros pasos para garantizar la realización del derecho humano al agua y saneamiento.

Los baños no deben ser vistos como un lujo, estos son servicios esenciales que  tienen un impacto directo en la salud y la dignidad de todas las personas. Proporcionar acceso a ellos es esencial para la realización de otros derechos humanos, en particular el derecho a la vida.

El Caracol es una organización de la sociedad civil que contribuye a la visibilidad e inclusión social de las personas de la población callejera en la Ciudad de México a través de investigación, campañas de salud y la promoción. Operan a través de un modelo basado en el bienestar y el buen trato que promueve una vida fuera de las calles.

Photo: El Caracol logo

Foto: El Caracol

 

Design and development by Soapbox.